En la noche, ¿conducimos a ciegas?

Esta pregunta me la hago muchas veces, especialmente cuando circulo por carreteras nacionales y algunas autovías. No se trata de meter miedo a nadie, pero sí de ser conscientes de que muchas veces circulamos a ciegas sin darnos cuenta. Además, esto se agrava a mayor velocidad. Veréis por qué.

La mayoría de los conductores fija la vista en la matrícula del coche que tiene en frente, o en plena circulación, fija la vista en la entrada de la curva que se aproxima, en lugar de buscar los obstáculos que puede haber delante de o a la salida de la curva, es decir, no ve más allá...

Es un momento peligroso, ya que, conducimos como si viviéramos un campo de visión corto que va impedir que podamos anticiparnos a los problemas. Esta consecuencia, por ejemplo, la encontramos por desgracia en muchas carreteras comarcales o nacionales cuando ocurren atropellos de animales. No sólo basta con ir a la velocidad adecuada, sino que por defecto el corto campo de visión que ya en sí la oscuridad de la noche nos proporciona, incrementa la posibilidad de no ver al animal a tiempo y evitar a colisión… Aquí la iluminación de nuestro vehículo jugaría casi el papel más importante.

Según tablas comparativas de muchos fabricantes:
Un coche de tamaño medio necesita una distancia media de unos +-60m para pasar de 120 km/h a 0 km/h, es decir unos +-3,8 segundos hasta su detención total, siendo la aceleración de frenada constante, no voy a entrar en detalles técnicos, hablo de medias. A su vez, las luces cortas de este, iluminarán no más allá de +-60m, hablando de una bombilla halógena de alto rendimiento y que en condiciones de lluvia será aún menor.

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Con estos datos, te darás cuenta que conducir a ciegas se puede hacer casi realidad, en las circunstancias antes citadas:
Como la luz larga, que en bombilla halógena  nos proporcionaría +-150m de haz de luz, no es posible activarla si en nuestro campo de visión circula de frente un vehículo, ya que le ocasionaremos deslumbramiento, o si en nuestro mismo sentido vemos la luz de posición roja del vehículo que nos precede, simplemente con la luz corta no bastaría para frenar nuestro vehículo a tiempo y evitar el impacto en caso de un obstáculo a esa velocidad (120 km/h) en un espacio inferior a 60 metros. A esto hay que sumar el tiempo de reacción que se estima en 0,75 seg. desde que iniciamos la acción de frenar.

Haz de luz < distancia de frenada =  posibilidad impacto

Con este razonamiento necesitaríamos un alumbrado de campo de fútbol para no tener esta sensación. 

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Simplemente se trata de ser conscientes no alarmistas. Por eso es importante llevar un buen sistema de iluminación. Ver más no significa deslumbrar a los demás, sino llevar un buen haz de luz para ver más lejos, conseguir mejor dispersión que ayudará a que conduzcamos con mayor seguridad, podamos reaccionar con mayor rapidez ante cualquier imprevisto y mitigue en la medida posible esa extraña sensación que todos hemos sentido alguna vez: conducir a ciegas… Por lo tanto piénsate bien a la velocidad que circules durante la noche en función del entorno, las condiciones de la calzada, la iluminación de tu vehículo, y no tientes a la suerte.

En la próxima entrada de blog, os daré claves para conseguir una mejor iluminación en carretera sin la necesidad de cambiar los faros de tu coche.

Recuerda que los faros de tu vehículo serán los ojos que te iluminen en la noche, cuídalos.

José Ramón Buitrón Pardellas